El 39 por ciento de las personas que han sufrido un fraude bancario grave percibe tener mala salud, frente al 28 por ciento que declaran el mismo sentimiento sin haberlo sufrido, según se ha puesto de manifiesto en la XXXVI Reunión Científica de la Sociedad Española de Epidemiología, que se celebra en Lisboa (Portugal).
La principal conclusión de la mesa, en la que se han presentado los datos de los estudios ‘Análisis de la Encuesta de Salud de Madrid 2017’, ‘Estudio cualitativo de personas afectadas por preferentes e hipotecas abusivas’ y ‘Estudio sobre los efectos de la inseguridad residencial en la salud’, es que cuando se ha sufrido un fraude bancario se percibe tener más dolor y peor salud.
En este sentido, se han proporcionado más datos, como que el porcentaje de personas con patologías que causan dolor es del 47 por ciento, mayor cuando el impacto del fraude ha sido grave que cuando no lo ha sido, cuyo porcentaje se sitúa en el 30 por ciento.
Además, el porcentaje de personas con dos o más problemas crónicos es mayor en las personas con un impacto de fraude grave. También se ha revelado que las mujeres parecen acusar el impacto económico del fraude bancario en la calidad de vida a menor intensidad, que puede calificarse de moderado, que los hombres, que es muy grave.
«La exposición a los fraudes bancarios en España, como las hipotecas abusivas, los desahucios, las cláusulas suelo o las preferentes, ha sido masiva y tienen efectos en la salud», han apuntado los miembros de la mesa, compuesta por el asesor técnico del Instituto de Salud Pública del Ayuntamiento de Madrid, José Manuel Díaz Olalla y la profesora honoraria de la Escuela Nacional de Sanidad, María Victoria Zunzunegui.
La jornada también ha permitido establecer que existe una relación entre el fraude bancario y los problemas de salud mental, ya que, según se ha manifestado, la inseguridad residencial es un determinante social que tiene evidentes efectos negativos en la salud.
En esta línea, el 28,5 por ciento de las personas que han sufrido un fraude bancario sufre problemas de salud mental, frente al 23,7 por ciento de los que no han experimentado un suceso de estas características. La proporción de personas con problemas de salud mental es mayor cuanto más grave ha sido el impacto del fraude en su economía.
Por otra parte, la pérdida de confianza en las personas, la falta de empatía con otros y la culpabilización aparecen en personas que han sufrido fraude bancario. Por último, el fraude da lugar a altos grados de riesgo de depresión y de suicidio.
«Es necesario seguir investigando y mantener la vigilancia epidemiológica para saber más sobre los efectos de estas situaciones en la salud», han concluido los participantes en la mesa, que también han propuesto que se reconozca el problema del fraude en el SNS para que pueda prestarse una mejor ayuda psicológica. También se ha demandado una regulación más estricta, con sanciones más elevadas y una mayor supervisión de la actividad bancaria.