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El diario económico Cinco Días publicó el pasado 22 de marzo un artículo donde recoge los datos proporcionados por el Banco de España sobre el número de sucursales bancarias que había en España en el 2016 y las que se mantenían abiertas a finales del 2021.

Del proceso de digitalización que está viviendo la economía, en especial la Banca, se pueden destacar grandes cambios, progresos e incertidumbres. Sin embargo, uno de los hechos que ha quedado reflejado en los últimos años, es la radical transformación que está teniendo el sector bancario en cuanto a la prestación de sus servicios y la atención de los clientes, que, con las nuevas tecnologías se vienen ofertando cada vez más a través de las plataformas digitales. Los bajos tipos de interés que ha sufrido la Banca, unido a la crisis sanitaria del Covid-19, ha llevado al sector a ahorrar en gastos y apostar por un modelo de negocio donde las tecnologías tienen un papel fundamental en las relaciones entre los bancos y sus clientes, en esta línea, el sector se justifica, “en el mayor peso que tienen los clientes digitales y en la cada vez menor afluencia de clientes en las oficinas, lo que hace que los establecimientos sean poco rentables. Incluso, explican fuentes financieras, parte de la red de oficinas se mantiene abierta a pesar de generar pérdidas para el banco”.

En los últimos cinco años, los bancos españoles han cerrado el 33,4% de sus sucursales, suponiendo el cierre de una de cada tres oficinas, concretamente entre 2016 y 2021 han clausurado 9.700 establecimientos, dejando su red comercial en 19.338 sucursales. El número de cierres varía en función del lugar geográfico del país, Tarragona, por ejemplo, es la provincia española con mayor porcentaje de variación de sucursales, con un 50,1% en los últimos cinco años pasando de tener 449 oficinas a 224. El mediterráneo y las provincias al noroeste de la península han sido las zonas más perjudicadas, con siete provincias que han superado el 40% de cierres. Aunque se contemplan datos de regiones españolas donde los porcentajes no son tan altos, España, en su conjunto, ha sufrido de manera drástica un descenso del 33,4% de las oficinas bancarias, desde el comienzo del 2016 hasta finales del 2021.

La rápida transformación digital de la Banca ha desencadenado el coste de una brecha digital entre los más jóvenes, que se han adaptado rápidamente y los mayores, que en muchas ocasiones se ven enormemente dificultados para acceder al dinero en efectivo y a los servicios bancarios que acostumbraban a disponer a través de los centros físicos y el personal habilitado por la banca. Carlos San Juan ha sido el mayor referente ante esta situación, dándola a conocer en su campaña de change.org “Soy mayor, no idiota” que reivindica los derechos de los mayores y tiene el apoyo de más de seiscientas mil firmas.

Para corregir esta situación y en respuesta a las multitudinarias reivindicaciones, las patronales bancarias AEB, CECA y ANACC el pasado 21 de febrero firmaron en presencia de la Vicepresidenta Primera del Gobierno y Ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital y del Gobernador del Banco de España, la actualización del “Protocolo Estratégico para Reforzar el Compromiso Social y Sostenible de la Banca” suscrito el 23 de julio de 2021. Este protocolo incluye nuevas medidas para garantizar la atención personalizada de los ciudadanos, especialmente de las personas mayores, de forma que dispongan de servicios bancarios adaptados a sus necesidades.

La nueva redacción introduce un decálogo de medidas para ayudar a los clientes mayores y vulnerables a salvar las dificultades que afrontan ante la digitalización del sector. Se destaca la ampliación de la atención presencial para servicios de caja en las sucursales, que será como mínimo de 9 de la mañana a 2 de la tarde, estableciendo prioridad de atención a los mayores en caso de aglomeraciones. Igualmente, el sector oferta una asistencia telefónica personalizada. Conforme a este compromiso de la Banca y para poder realizar un adecuado seguimiento de la evolución de las medidas y del acceso a servicios financieros, el protocolo prevé la ampliación del Observatorio para la Inclusión Financiera.

La Fundación Finsalud, tiene muy claros sus objetivos de mejora de la salud, el bienestar y la educación financiera. En esta línea, tratamos de mantenernos cerca de la actualidad financiera y social que afecta al conjunto de ciudadanos, velando por todos los colectivos que pueden verse afectados por decisiones en este campo. La inclusión financiera es una de las cuestiones más importantes que se debe lograr y proteger, como ejemplarmente nos mostró Carlos San Juan. Desde la Fundación Finsalud seguiremos de cerca esta situación.

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