FinSalud

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, comparece en la Comisión de Reconstrucción Social y Económica el pasado 24 de junio.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, comparece en la Comisión de Reconstrucción Social y Económica el pasado 24 de junio. FERNANDO ALVARADO (EFE)

Publicado en El País

La transformación económica que estamos viviendo exige repensar y pactar de nuevo la fiscalidad para generar ingresos y cubrir a todos los ciudadanos

La eliminación de la propuesta de crear un impuesto a las grandes fortunas ha sido recibida con alivio en los círculos económicos más influyentes. Sin embargo, la medida propugnada por Unidas Podemos o fórmulas similares está siendo debatida en numerosos países, desde Estados Unidos a Italia. La cuestión de fondo es cómo financiaremos el necesario aumento de gasto en sanidad, cuidado de mayores, pensiones y educación.

Antes de la pandemia este país ya tenía un serio problema de falta de recursos para atender nuestro modelo de bienestar, debido a un sistema fiscal ineficiente e injusto. Esta carencia se ha agravado con la crisis sanitaria. De todas las reformas pendientes, la más ignorada pero más urgente es la fiscal.

La versión ampliada de la reciente intervención del gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en la Comisión de Reconstrucción en el Congreso, hizo referencia expresa a la insuficiencia de ingresos fiscales. Señaló que la recaudación impositiva, incluyendo las cotizaciones sociales, es inferior en unos dos puntos porcentuales del PIB a la media de los países del euro. La documentación aportada por el gobernador indica también que el cociente entre la recaudación total y el PIB de 2018, se situó en el 35% en España, unos seis puntos porcentuales por debajo del nivel del conjunto de la zona euro. Ambas comparaciones son pertinentes y revelan la gravedad de la insuficiencia fiscal que oscila en algún punto intermedio entre los 24.000 y 72.000 millones de euros, según los criterios mencionados.

Para Hernández de Cos, las diferencias respecto a Europa se explican en un 40% por los menores ingresos del IVA, en un 30% por la inferior recaudación por el impuesto de sociedades y otro tanto por los impuestos especiales (sobre todo hidrocarburos).

Uno de los agujeros se debe a la escasa contribución de las grandes corporaciones. Una reciente evaluación de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) asegura que “los grandes grupos empresariales eludieron el pago de más de 24.000 millones de euros en el impuesto de sociedades en los últimos cuatro años”.

La pérdida de ingresos obedece en buena medida al traslado de beneficios por parte de los grandes grupos a paraísos fiscales. En 2018, el importe exento de dividendos y plusvalías se ha disparado a más de 152.638 millones, casi sextuplicando el promedio de la década. Según estos técnicos, parte de las multinacionales españolas obtiene sus dividendos y plusvalías a través de holdings en países de escasa tributación. Las 134 multinacionales españolas cuentan con 10.967 filiales en el extranjero que declararon unos beneficios de 91.849 millones y pagaron 14.260 millones.

Para no perjudicar la internacionalización de las empresas españolas, Gestha propone un pacto entre las fuerzas políticas para sustituir la exención de dividendos por una deducción del impuesto realmente pagado. La falta de recursos se acrecienta a medida que aflora la miseria de la crisis. La transformación económica que estamos viviendo exige repensar y pactar de nuevo la fiscalidad para generar ingresos y cubrir a todos los ciudadanos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *